Ambrosía.

Lo recuerdo y el olor azota mi cara,
y como un animal le pego un mordisco a la brisa que me ataca,
aspiro el aire con ansia para quedarme con todo el aroma en mis papilas gustativas, en mis pulmones, en mis entrañas,
pero es que si cierro los ojos puedo verlo delante de mi cara,
y lo abres para mí, con tus dedos empapados y tus ojos invitándome y guiándome,
mi nariz acaricia la salvaje hermosa selva que brota de ti y saboreo extasiado cada hoja en cada inhalación, me apoyo en tus firmes muslos como el que se sujeta a un tronco en mitad de un río que se dirige a un acantilado,
pero solo espero lo inevitable, y yo quiero caer por ese precipicio,
y empiezo a lamer el líquido que gotea por el tronco hasta deshacerlo en temblores, hasta que me deje caer dentro,
y las ansias se comparten, se trasladan, se conectan entre los dos cuerpos,
Y tú mano agarra mi cabeza con rabia, y acerca mi hocico a unos labios que laten encendidos,
mi lengua empieza a empaparse de saliva, vapor y fluidos,
casi noto como se hace más grande dentro de ti, se hincha y lamo la punta del iceberg hasta derretirlo y me pides más,
Y yo estoy de rodillas ante ti y no puedo ni quiero decirte que no,
no quiero parar, no hay cansancio, no hay flaquezas, no hay dolor, no cuando tú cara se desencaja en cada lametón y notas mi aliento caliente en tu coño,
y necesitas sentir algo dentro y mis dedos son delgados pero firmes, ágiles y sienten devoción por tus paredes tintadas de un rojo tan fuerte que casi puedo sentir el hierro en mis dientes y en mis dedos,
y están dentro, y es todo tan cálido, casi noto el fuego dentro calentando el hogar, un sitio para quedarse, para amanecer cada mañana dentro, para despedir el día con más que un beso, para alegrar cualquier hora del día con una visita guiada por tus manos y mis ganas de estallar en tu interior,
como una supernova, que es más hermosa y brilla más cuando explota, así estás tú, así estoy yo, luego nos espera la muerte, pero que más da, déjemos la delicadeza y las metáforas y súbete en mi cara, quiero que llueva sobre mi barba, quiero sujetar tus nalgas contra mi boca y que derrames todo tu placer por mi garganta,
quiero ver tu cuerpo arquease y arrancar los póster de mi pared con tus manos que no saben donde agarrarse, quiero tu salvaje ira desahogandose por los músculos extasiados y contraídos de tu coño, que está a punto de estallar, todo tu orgasmo caerá sobre mi cara, que mira empalmado como viajas a otro mundo a través de mi lengua y mis dedos, con tus ojos en blanco envuelta en jadeos de colores que salpican y manchan de vida toda mis sábanas, y revientas y te corres y tu sabor está en todas partes, y me relamo los dedos mirándote, me meto los dedos en la boca y tu sabor es droga y da subidón, y la vida reluce y luces brillan en tu piel, y en tu sonrisa y en esa mirada que me mira, desde arriba, casi inquisitiva, hace que me de hasta miedo lo que viene ahora, y eso me excita de una retorcida manera, nada es normal entre nosotros, no iba a serlo esto tampoco,
sólo sé que quiero volver a morir dentro, donde la vida canta y donde te veo bailar...

Comentarios