El exilio del cómico.

Día 3:

Las manos sucias, doloridas, algún corte, callos, los pies doloridos, casi me cuesta mantenerme en pie, la espalda suelta un quejido cada vez que vuelvo a poner recto, mi mente concentrada en no darme un golpe de nuevo, en hacer bien mi trabajo, en no caerme, no tropezarme, en sentirme orgulloso al terminarlo, echaba de menos esta mierda, bajarme del escenario y mancharme de barro, recordar los viejos tiempos donde echaba diez horas diarias rodeado de camaradas con los que comía y compartía mi día a día codo con codo en el trabajo, discutiendo, apoyándonos, construyendo algo de la nada con nuestras manos, con mis propias manos soy capaz de hacer todo esto, lo necesitaba, alejarme de todo, y sobre todo recordar porque esto es una jodida mierda muy dura y porque debo esforzarme más en ser cómico y escribir mejores cosas porque si no voy a durar un año más vivo a lo sumo. A veces tienes que volver al fango para esforzarte aún más en conseguir lo que quieres.

Día 9:

Llevo nueve días sin mirar el móvil, incomunicado de todo, el mundo puede estar en guerra, puede que me haya perdido un meme viral, la de mensajes acumulados que tendré (una parte de mí espera tenerlos), que aquí esto da igual, me fui del mundo con todas las consecuencias, para no hablar con nadie, trabajar duro, llegar a casa y ponerme a leer o a escribir, conectar con mi yo más humano, mira, el móvil está ahí, me está mirando, no voy a mirarte cabrón, no intentes seducirme, soy fuerte, seguro que tienes muchos mensajes, y la de series que te estás perdiendo, me susurra al oído por las noches, pero he venido a hacerme más fuerte, a no estar tan necesitado, y cierro los ojos fuerte hasta dormir, lo bueno que tiene el exilio es que duermes mucho porque nadie te retiene…

Día 10:

Vale, ayer no podía dormir, necesitaba sentirme conectado a algo, a alguien, la cosa esta jodida, empiezo a flaquear, joder, llevo diez horas trabajando, dos y media escribiendo, otra leyendo, debería ser suficiente gasto de energía como para desmayarme en la cama, pero los pensamientos me disparan, ya no sé ni de donde vienen, he huido para anestesiar me, para poder dormir tranquilo, sin recuerdos o esperanzas vanas que me hagan desvelarme, para huir de la melancolía, de la falta de cariño, para curarme, y venga imágenes, y venga disparos a quemarropa, y yo aquí, indefenso, sin escudos, en la cama acostado en forma fetal, joder, quiero pensar que toda esta tristeza algún día será comedia.

Día 13:

Vale, llevo tres días casi sin dormir, y anoche probé una de mis maneras más tradicionales, normalmente usaba la bebida para dormir, no arregla nada, pero calla voces y me deja grogui y comatoso, osea, indoloro, aunque sea por unos instantes, pero renuncié a esa mierda, lo había convertido en un vicio, en algo que ya no hacía por gusto sino por necesidad, y eso es peligroso, y aunque estoy huyendo de todo el mundo, hay gente que me quiere y tal y le importa mi salud y esas cosas ¿No?, ahora como muchas pizzas, he cambiado un vicio por otro pero bueno, lo quemo en el trabajo. Tampoco quería masturbarme, pero he tenido que hacerlo, el anestésico natural más eficiente sin duda, pero el problema es que no quiero pensar en sexo tampoco, pero si, hice un esfuerzo y pensé en sexo, mi cabeza empezó a fantasear, con esta, con la otra, con aquella famosa de aquella serie, y justo cuando me voy a correr, como flashes disparando a mi cabeza aparece la imagen de ella, sin nada sexual alrededor, sólo su cara, como si me mirara donde estuviera, me corro, pero no disfruto la corrida, joder, eso no se hace, dame un respiro maldita mente mía.

Día 23:

La barba me pica, me la estoy dejando larga como castigo, me molesta, pero no me voy a afeitar como forma de fustigarme, parece una tontería, y en realidad lo es, pero es que yo me vine aquí al fin del mundo a estar solo en cierta forma para castigarme, porque me fallé, porque fallé a alguien, y necesito curarme de los jodidos parásitos que anidan en mi psique y me hacen daño y hacen daño a quien me rodea antes de volver a un lugar donde me los merezca, y joder aquí no se está tan mal, ya me he acostumbrado a no hablar con nadie que no sea yo, tengo unas conversaciones super interesantes y oye, creo que estoy recobrando la gracia porque me río muchas veces conmigo mismo, trabajo ensuciándome las manos y eso me hace sentir muy orgulloso, como se nota que vengo de familia de proletariados, tengo tiempo para mí, no tengo distracciones más allá del hacer lo posible por mi bienestar, no necesito nada más que las funciones básicas y un buen libro, que en cierta forma lo es también, puede que no vuelva, que este sea mi lugar, perdido en el fin del mundo, construyendo algo grande hacía mis adentros.

Día 29: Vale, joder, necesito salir de aquí, ya no me aguanto, menuda jodida mierda es esto, vivo en el día de la marmota solo que sin ser tan guay como Bill Murray, me levanto, ya ni me miro al espejo al lavarme la cara, me siento el water, leo, desayuno, trabajo diez horas casi sin descanso, llego a casa y ya no tengo ganas de leer, ni de escribir ni de nada, solo quiero dormir, ya no siento nada, ya no me emociono por nada, mira, un amanecer, nada, mira, un anochecer, nada, mira cuantas estrellas, mira el mar, las olas bailando, ahora hacía ti, ahora se alejan, y así, nada, las palabras, nada, ¿Qué sentido tienen? Se quedan ahí, sólitas, sin abrigo ni nada, muertas de frío, sin miradas que las calienten, ni yo las miro ya, simplemente salen de mí y ya he perdido hasta mi sentido del humor, y si no me río de mis torpezas del día a día, ya si que no me queda nada.

Día 32:

Es hora de irme, de volver al mundo, este también es un mundo, muy digno, pero aquí en el exilio no puedo ser yo mismo, vine a buscarme, y en cierta forma me he encontrado, cabreado, amargado, solitario, gruñón, enfadado con la vida, pero oye, me he encontrado, y ahora sé que necesitaba esto para motivarme a no volver a estar exiliado nunca más, conocer el fondo del pozo dicen que es la mejor manera de impulsarte a salir de el, y yo necesito abrazos, necesito risas, necesito escuchar, necesito hablar, necesito hacer reír, contar mis historias, necesito vivirlas con mi gente, almacenar todas esas experiencias y repetirlas y repetirlas hasta que la vida diga basta, necesito tener fe, o no soy yo mismo, necesito ser yo mismo, la mejor versión, no esta huraña que no se deja abrazar ni por si mismo, necesito volver a hacer reír, conectar con la gente que quiero, que esta vez cuando me quieran sienta que lo merezco, y así poder abrazarles con la misma fuerza, así todo este jodido exilio habrá merecido la pena, la comedia narra tragedias, la mía es no haberme sabido querer bien y haber perjudicado a quien si me quiere, pero ya estoy listo, es hora de volver, es la hora de la gran comedia, agarraos fuerte, Rompe vuelve.

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