El objetivo de la guerra

Cuando estoy a punto de recibir una noticia importante y aún no sé si es para bien o para mal me cago encima, literal, no metafóricamente, tengo que encontrar rápido un sitio donde vaciar mis nervios que salen de mí como una bomba talibán y aniquilan toda decencia y compostura que creía tener entonces.
No mantengo las formas en la guerra, pero mi problema es que soy un hombre pacífico que se aburre con la paz, me alimento del caos que provoco, y eso me está dejando en los huesos por lo que os he contado antes con detalles que no necesitabais.
Espero en casa a que toquen a la puerta, me cambio de ropa tres veces, me lavo los sobacos, no hay tiempo para ducharse, puede que un poco la entrepierna, siempre guardo algo de esperanza para los malos momentos como este, intento disimular la calvicie todo lo que puedo, un pelo aquí, un pelo allá, voy a airear la casa, joder, otro apretón, que no toque ahora, no quiero que su última imagen de mí tenga también un olor especial.
Yo estaba muy bien, o eso creía yo con mi paz, tranquilo, venga joder, dilo, aburrido, la paz es aburrida, la paz es buena en pequeñas dosis, si son oasis en la tormenta, si son pomada para las quemaduras que te deja la lucha, pero alguien como yo siempre tiene que volver al campo de batalla, porque cuando estás acostumbrado a pelear por cada cosa hasta el final y más allá, cuando no sabes hacer otra cosa y llevas demasiado tiempo en el desierto desenterrando bombas que te amputan ilusiones, esperanzas, emociones que nunca serán las mismas después la metralla, después de todo eso, la paz es un tormento, un tic tac sonando en tu cabeza para acabar de volverte más loco.
Y es que la guerra tiene mala fama, pero la guerra te mantiene en alerta, te enseña que lo que tienes, lo puedes perder enseguida, te enseña a pelear cada día por lo que tienes, a no relajarte, a no pensar que lo tienes todo hecho, para mí no hay nada más bonito que día a día estar en el barro con la persona que amo, en la guerra se puede estar genial, en las buenas, en las malas, en las medias, mantiene la chispa, la fricción, el pique, la salsa donde mojas tu pan, ese es el objetivo de la guerra, hacerte ver que te sientes más vivo cuando peleas por lo que sientes.
Tocan a la puerta, los tambores suenan, quiero estar aquí en medio de las balas todo lo que me queda…

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