Equilibrio. (Odio, corazón, nalgas, amor)

Las personas soñadoras suelen enamorarse de personas realistas y las personas realistas suelen enamorarse de personas soñadoras, y yo tengo la ingenua capacidad de aferrarme a la más mínima esperanza de que las cosas me vayan a salir bien, y eso siempre me acaba jodiendo. Por eso nos necesitamos. Yo soy tu soñador. Tú eres mi realista.
Y es que mi amor por ella es tan imposible como gigante, mi amor por ella es la lucha de una hormiga contra un pie gigante que intenta aplastarla, mi amor por ella es delirante, suicida, electrizante, mi amor por ella acabará conmigo, pero merecerá la pena, mi amor por ella es derramar hasta la última gota de sangre porque sonría y aun sabiendo que acabará en los brazos de otro, mi amor por ella da para paja.
Y es que prefiero un infierno con ella, a un paraíso sin ella, prefiero arder escuchando su sonrisa, que vivir en una nube cómodamente donde nunca más escuche su voz, prefiero la eterna pelea contra la zancadilla que da el realismo a los soñadores como yo, me da igual que me señalen con el dedo y se rían de mí, me dan igual las burlas, me dan igual los imposibles, voy a llevar nuestro amor utópico a un libro, y la tinta lo hará real y eterno.
Y para cada persona que lo lea se hará realidad, esté en el lugar que esté, conocerá nuestra historia, y nos amará también, y por un momento le daremos envidia, tendrán envidia de la joven pareja que hartos de bares y desencuentros, se conocieron en una red social, unas redes sociales que odian, pero que le dieron la oportunidad de conocerse, yo las odio todas desde que sé que la mejor red social del mundo es estar con ella en la cama.
Yo soy el soñador que hace que veas que hay algo más que lo que pisan tus pies, y tú la realista que me pone los pies en el suelo, y cuando luchamos juntos, levitamos en equilibrio.
Y así siempre nos daremos azotes en las nalgas, besos en el corazón, besos en las nalgas, azotes en el corazón, en equilibrio, juntos.

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