Hogar, dulce hogar.

Mi musa divaga por las ruinas de mi pecho,
miro las hojas aún en blanco
que pronto serán el asilo de mi amor y ensueño,
donde la inspiración alentará de esperanza la melancolía de cada célula de mi cuerpo…
«¿Vendrá? ¿Vendrá? ¿Vendrá?»,
no paro de repetirme mientras inclino mi pecho en la ventana,
sonámbulo, me encuentro mirando el mar,
está amaneciendo,
me acaricia la brisa de la mañana,
un escalofrío me hace temblar,
mi voz también tiembla al volverme a preguntar:
«¿Vendrá? ¿Vendrá? ¿Vendrá?».
Pasa el tiempo y no viene
y la rosa con la que la esperaba
está decrépita, marchita y bañada en sangre,
mi plegaria se eleva hacia el universo infinito,
no viene,
y desde entonces mi ventana queda para siempre entristecida
y mis ojos siempre aparecen derruidos.
Me asomo dentro de mí para ver si queda algo
pero todo está destrozado,
mármoles y azulejos calcinados,
ébanos y marfiles destrozados,
todos mis adornos están rotos,
abatido,
ceso en mi recital
porque en mí, brota el llanto de aquel pecho que ha sido profanado.
Pero entre las brumas y el humo
puedo ver una figura asomarse,
no conseguía verla bien,
era como una estela matutina
con la brisa escarcha cristalizada,
en sus labios en flor la risa canta,
canta también su perfumado aliento,
es como el rocío de la mañana,
transparencia en cristal,
es la anunciación de la ambrosía
y quiero decirle que es una flor pasional
y que los dioses le concibieron en las entrañas los perfumes de la poesías,
que quiero derramar en su pecho mis pasiones,
beber de su cáliz hecho de amor y fuego,
que sienta mi ternura
y besarla con dulzura en su mejilla tímida
mientras azoto sus nalgas,
me masturbaba pensando en ti mucho antes de conocerte.
Desde entonces busco el rastro de aquella belleza
en cada palabra que brota de mis tripas,
mirarla es volver a casa después de una guerra,
es volver al hogar.
Desde entonces esa musa divaga por las ruinas de mi pecho,
miro las hojas que están impregnadas de su esencia,
son el asilo de mi amor y ensueño
y la inspiración está alentando de esperanza la melancolía de cada célula de mi cuerpo
porque por fin he conocido a la chica que nunca creí que conocería,
ella es mi hogar
y quiero que venga para quedarse…

Comentarios