Influencer.

Parte 1: La novia.

Nunca he sido muy de citas a ciegas, me aterran, me parece absurdo todo lo que las rodea, esos nervios de si le gustaré o no a una persona que no me conoce o sobre todo de si me gustará una persona de la que no sé nada, ese suspiro de que venga lo que tenga que venir antes de darme la vuelta ante su toque en mi hombro y ver por primera vez a alguien que puede que me acabe importando o que acabe olvidando, todo esto es tan absurdo, tengo que dejar de beber y aceptar este tipo de cosas cuando estoy borracha, al levantarme ayer no me acordaba ni de que esto se había acordado con el novio de mi amiga Laura que intenta desesperadamente buscarme novio para librarse de mí y que pueda hacer sus planes con su chica sin la pesada de su amiga al lado. Es un chico muy interesante me dice, y si no pues te vas a tu casa después de cenar y ya está, como si eso compensara el mal rato que puedo pasar durante la cena en vez de estar en mi casa comiendo sola mi plato favorito con mi serie favorita y después leer algún libro, vamos, mi ritual favorito, pero no, tuve que beber y beber como si el alcohol se acabara al día siguiente, mi sed y yo, mi necesidad de beber hasta apagar las voces y yo, el sustituto del cariño que me falta en forma líquida y divina y yo me han traído aquí, alguien me toca el hombro, uf…

Lena: Pues nunca había estado en este sitio, parece bonito.

David: Lo es, lo es, yo vengo un montón con mis amigos ¿Sabes? Lo descubrí por una crítica en una web y me flipó.

Lena: Ah, sueles leer críticas de restaurantes en tus tiempos libres o que.

David: De todo un poco sí, paso mucho tiempo metido en Internet leyendo opiniones y tal si, oye, Víctor no me dijo a que te dedicabas.

Lena: Soy editora, trabajo en una pequeña editorial.

David: Anda, que interesante, algún libro que hayas editado que pueda conocer.

Lena: No creo, solemos publicar poco, estamos aún empezando y somos muy exigentes la verdad, leo mucho material pero poco me llega, y por lo general me gustan los menos conocidos, es una idea romántica que a mi jefe y a mí siempre nos pone en disputa, porque así dice que nos vamos a arruinar, pero confía en mí y en que es mejor sacar poco y de calidad que mucho y malo aunque vendamos en masa.

David: Sí, desde luego es una idea romántica pero claro, el romanticismo te va a dejar en paro.

Lena: Prefiero estar en el paro que venderme.

David: ¿Y sueles investigar mucho en las redes sociales para descubrir alguna joya por pulir?

Lena: A veces sí, qué remedio, hay que adaptarse, y hay gente buena por ahí, muy buena, casi los que menos repercusión tienen, pero ese es mi punto de vista, cuanto más simple más vendes, es la cultura pop de la poesía o la prosa o el relato, yo siempre fui más rockera.

David: Yo te puedo ayudar eh, soy muy bueno viendo si algo vale la pena.

Lena: ¿Ah sí?

David: Sí, por ejemplo, sé que esto merece la pena.

Lena: Joder, casi me atraganto, no me digas eso mientras bebo vino, pero si acabamos de cruzar cuatro frases, qué vas a saber.

David: Que sí, que yo siento esas cosas, que yo veo algo, leo algo, miro dentro de alguien y ya sé si tiene algo que lo distingue, una historia si no diferente, contada de forma diferente, y yo veo en ti mucho que contar en tu mirada Lena.
 
Lena: Si tú lo dices …

Vale, se acaba de ir al servicio, el tío es un poco así, como petulante con el rollo de mirar en el interior de las cosas, es guapete pero nada más, creo que se lo tiene muy creído por aparentar pero parece un manojo de nervios por dentro, casi le oigo sudar y tragar saliva cuando va a hablar, como cuidando el milímetro de las palabras que suelta para gustarme, probablemente esté en el baño diciéndose frente al espejo”venga tú puedes, no la jodas” o algo así, y cada vez que le cuento algo me suelta un ” pues yo” como si todo lo que dijera se fuera relacionado a él, no sé si es ego o que quiere impresionarme con sus historias, o que quiera unir sus vínculos con los míos,
Quizá, no lo sé, en fin, ahí viene , a ver cómo sigue la noche, pero vamos, mucho futuro no le veo.

Lena: Bueno, pues yo no quiero tomar más vino que mañana trabajo y tal.

David: ¿No? Venga un poco más, las palabras estarán ahí esperándote.

Lena: Ya, pero no quiero que me esperen bailando, que se estén quietecitas que mi trabajo depende de ello.

David: Bah, si se nota que eres una crack, seguro que puedes con eso y con más.

Lena: ¡Deja de suponer que sabes todo de mí por mirarme y que todo lo hago bien, si no me conoces ni me has visto trabajar!

David: Pero yo veo esas cosas en serio, puedo verte, puedo leerte, puede ver más allá de lo que enseñas, de lo que quieres mostrar, en serio, mírame, yo puedo verte.

Lena: ¿Qué eres vidente o mentalista o algo así?

David: No, soy influencer.

Lena: ¿Influencer?

David: Si, tengo un blog y un canal de Youtube y recomiendo series, libros, películas, restaurantes, tiendas, de todo. Ya te dije, soy bueno observando cosas y las recomiendo y yo te recomiendo que te quedes y veas que esto merece la pena.

Joder. Dónde me he metido.

Parte 2: El suegro.

Dicen que el padre siempre quiere un niño por el típico comentario machista de cómo tengas una hija verás que cuando crezca y traiga chicos a casa y etc, pero siempre me pareció una tontería, quizá porque crecí rodeado de chicas y veía tan normal todo que nunca diferenciaba entre sexos lo que cada uno hacía con su vida, y yo siempre quise una niña, le tengo el nombre puesto de antes de conocer a mi mujer Lara, Lena, esto no se lo digo a nadie pero ya la imaginaba en mis brazos antes de siquiera tener pareja, me imaginaba teniendo una relación con ella de respeto y amistad, dar largos paseos juntos, contar el uno para el otro, compartir aficiones, verla convertirse en lo poco de mejor que tiene su padre y en lo mucho de mejor que tiene su madre, verla equivocarse y verla aprender de sus errores, tener una relación con ella como no tuve con mis padres, de confianza máxima, sentir ese amor incondicional.
Pero hoy va y me trae a su novio este imbécil que se está comiendo todo mi pan, que me dice que conoció en una cita a ciegas y que es…

Suegro: ¿A qué has dicho que te dedicas ?

David: Influencer.

Suegra: ¿Influencer? Pero, ¿Eso es un trabajo? ¿Estudiaste para eso?

David: Jaja no no, no hace falta estudiar para eso, y sí es un trabajo. Tengo muchos subscriptores, y gano dinero con los patrocinadores, me siguen muchos followers.

Suegra: Mira, como si me hablaras en latín estoy jaja.

David: Jaja ya bueno, puede ser algo complicado de entender así para gente mayor.

Suegro: ¿Gente mayor ? A ver, explícalo en un idioma en que gente mayor como nosotros podamos alcanzar a entenderlo .

David: No pretendía ofenderle señor, lo siento.

Lena: Sí papá, sólo quería decir que si no estás en ese mundo pues es difícil de comprender.

Suegro: Pues a ver, probadnos, que estos carcamales también fueron jóvenes hace eones al parecer.

David: Bueno (traga saliva) básicamente veo series, leo libros, veo películas, voy a restaurantes o tiendas, que no son muy conocidas aún y si les veo potencial pues hablo de esas cosas en mi blog o canal de Youtube y pues las pongo de moda. Eso.

Suegro: ¿Y qué cojones no iba a entender de eso?

David: No sé señor, lo siento.

Suegro: Que te estoy vacilando hombre no te preocupes, ¿No tenéis sentido del humor los influencers esos? Jaja

Lena: Papá que malo eres jaja

Suegra: Ahora te quedas sin postre por el mal rato que le has hecho pasar al pobre chiquillo.

David: Jaja no se preocupe, lo intuía un poco jaja

Suegro: Claro… Claro… Lo sabes todo…

Le saqué una cerveza para que se tranquilizara y le dije que nos sentáramos y busqué un tema en común para conversar, veía como mi hija me miraba orgullosa de ver como quería conocer a la persona que amaba aún sabiendo que no lo tragaba, porque me conoce como solo Lara lo hace en el mundo y lo saben, y me miran escuchar a este tipo que no para de hablar de cosas
Que no me interesan y sonrío y asiento, y las mujeres de mi vida son felices mientras yo quiero hacer que deje de hablar sobre ser influencer de una jodida vez.

Parte 3: El hijo.

Mi papá pasa mucho tiempo en casa, es un buen padre, trabaja en casa y siempre está pendiente de mí, me hace el desayuno, me prepara para el colegio, me recoge, hacemos cosas juntos, me ayuda con los deberes, yo le quiero mucho, nunca se cabrea conmigo, sólo le veo cabreado cuando mi abuelo se mete con él de broma, pero siempre está sonriendo, mi mamá trabaja mucho y siempre está leyendo, es genial, siempre está atenta de todos los detalles, es muy lista y muy guapa, yo la quiero mucho, pero hoy no ha podido venir al día de “trae a tus padres al colegio”, así que aquí está mi padre, se llama David, es mi papá y le quiero mucho, y es Influencer.
¿Lo dije bien papá?

David: Sí hijo sí, se lo digo mucho para que lo aprenda jaja, hola chicas y chicos, soy el papá de Leo y mi trabajo como muy bien ha dicho mi hijo es ser influencer.

Elvirica: ¿Eso qué es? ¿Influencer? Eso te lo has inventado. Mi padre dice que esa profesión te la has inventado para vivir del cuento.

David: Armando tío.

Armando: Elvirica hija, eso no es verdad, jaja no digas tonterías , dice cada cosa, no a ver, yo dije que era una profesión nueva que uno la hace desde casa y claro se confundiría.

Elvirica: Pero dijiste que mamá trabaja en casa y eso sí es un trabajo de verdad no como lo del vago del vecino.

Armando: Elvirica cariño, jaja que cosas tiene jaja. Es muy imaginativa.

Profesora: Bueno vamos a dejar a David explicarlo.

David: A ver, yo me dedico a que con mis opiniones pues influenciar a gente a que consuma o vea según las cosas de las que yo pues analizo, o veo un texto en primera persona y pues las pongo en Internet y mi opinión vale mucho y entonces esos productos sean del ámbito que sean pues se expanden en masa.

Elvirica: ¿Y porqué tú opinión vale más que la de otros?

Leo: Que dejes hablar a mi padre jo.

David: No pasa nada hijo, tiene que preguntar, pues verás , aunque tu padre piense que soy un vago, pues trabajo mucho e investigo y bueno pues de tanto ver cosas y leerlas y pues observas y uno adquiere conocimientos que extrapolo a lo que conozco a la gente y tal…
 
Elvirica: Leo, tu padre es un vago.

Profesora: Niñooos por favor un aplauso a David y a Leo por traer a su padre.

Mi papá estuvo discutiendo con el papá de Elvira, y los niños me miraban mientras sus padres salían a contar sus profesiones y entre risas decían cosas, pero mi padre es mi padre y no me importa lo que haga, yo le quiero igual.

David: Bueno hijo, te recojo luego después de clase ¿No? Que tengo que ir a trabajar.

Leo: De Influencer ¿No?

David: Claro que sí hijo.

Leo: No, no hace falta que vengas, ya me volveré con alguien, no hace falta que vengas, me iré con Elvirica y su padre y tal.

Comentarios