Quererme a mí es de pobres.

Quererme a mí es de pobres, como mucho te regalaré libros, algunos orgasmos, mi extraño sentido del humor y poemas baratos, no más.
No me vendo muy bien, eso es cierto, pero es que es una putada cuando obtienes algo nuevo y te regalan los oídos con todos los complementos y se olvidan de los fallos que puede llegar a tener, por ejemplo, si te compras un móvil nuevo, te enseñan la de cosas que puede hacer, vídeos a cámara lenta etc, pero lo mismo te da cáncer también, y deberían avisar, como en el tabaco, bueno, pues mi escritura es la advertencia del tabaco, enamorarte de David Roto puede producir agotamiento por la vida, desconcierto vital, agobio etc…
Y una vez has leído las advertencias, que son mis poemas y relatos, ya es tu decisión consumirme o no.
Enhorabuena, acaba usted de conseguir un David Roto, está algo reventado, le han dado varios golpes.
Si tienes problemas no hay número para llamar ni dirección para devolver, probablemente te idealizará y te escribirá poemas, y como todos los poetas, cuando te salgas de ese ideal, escribirá de ti, sí, pero ya no serán cosas tan bonitas, creerá que es injusto, que cómo puedes romperle el corazón a alguien que te ha dado tanto, pero no es tu culpa, el amor no se doma, de hecho, es lo genial que tiene, y llegará el día en el que quieras devolverlo, y será por su culpa, porque no sabe llevar bien las relaciones, es algo torpe y algún día dirá algo inapropiado o provocará algún caos donde antes no había nada, pero no lo hace con maldad, simplemente es así, es un defecto de fábrica, nos salió así, le va el drama y la comedia y los junta en los extremos, me gustaría acabar con algo bonito, tipo: “Pero al final, cuando alguien así te quiere, sabes que es de verdad” Pero no. No suele haber un bonito final.
Por lo que disfrútalo, súfrelo, haz lo que te dé la gana. Y buena suerte.
Ah y si quieres calmarlo, acaríciale la nuca.
Y entonces ya puedes empezar a conocerme. Pero recuerda:
Quererme a mí es de pobres, como mucho te regalaré libros, algunos orgasmos, mi extraño sentido del humor y poemas baratos, no más.
Pero tampoco menos.

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