Romper el molde

Se dice “romper el molde” cuando destacas por encima de la silueta que se te fue impuesta al nacer, cuando sales de lo ordinario, cuando desbordas hasta sobrepasar a la mediocridad, hoy en día, en un mundo tan competitivo y capitalista que busca el resultado por encima de todo se aplica más cuando destacas en algo relacionado con la producción, ya sea en los negocios, en arte, deporte, innovación, lo que sea, menos en lo que debería ser más destacable del ser humano, su capacidad para resistir.
Juan Carlos de la mama, así le llamaban, no mamá, de la mama.
Nació marcado a fuego con un destino difícil en cada parte de su cuerpo, no había una parte de su cuerpo que se salvara de alguna enfermedad, dedos de los pies, cadera, riñón, piel etc… incluso sus orejas fueron cinceladas de una forma puntiaguda. Miles de pastillas, un trasplante, operaciones, todo sosteniendo una corta vida que se fue demasiado pronto, pero yo quería dedicarte unas líneas, porque odio, odio y me duele no poder haberte dicho esas palabras antes de que te fueras repentinamente.
Es increíble lo que absorbemos sin darnos cuenta, no sólo cuando somos pequeños , toda la vida, hay cosas que se nos quedan y de repente las notas en ti y no sabes de donde la has sacado, hasta que un día puede que te des cuenta, yo fui escribiendo mi libro, ahí me di cuenta de que todas los momentos que habíamos pasado juntos me impregnaron algo, lo sé, algo tarde, lo siento, siempre he sido de llegar tarde a todo, a los momentos, a las personas, a todo, pero llego. Siempre digo que no es una historia de amor o desamor, que es una historia de esperanza, de resistencia, porque tú, amigo, me enseñaste a resistir con una sonrisa en la cara, porque tú, amigo, me hiciste ver que a pesar de todas las putadas que te dio la vida sabías resistir como nadie, y no sólo eso, si no que te dedicabas a hacer más llevadera la de los demás, todas esas tardes apoyados en la pared del chiringuito, haciéndonos reír con tus imitaciones, (con las que luego deleitaste a toda España en el programa de Canal Sur) con tus graciosas felicitaciones de navidad con tu barba de espuma de afeitar, siempre fiel al Heavy Metal, siempre de negro y con tus camisetas de grupos que no conocía la verdad “Metallica ya no me gusta, se cortaron el pelo” GRANDE.
No supe valorarlo en su momento, peco de hacer eso continuamente, cuando alguien me escribió para decírmelo yo estaba borracho en la barra de un bar, y brindé por ti y seguí bebiendo en aquella barra hasta que el primer bus salió hacía el pueblo,  vi a un pueblo entero llorando, a un pueblo entero que te quería, un pueblo donde dejaste marca, no todo el mundo puede decir eso, y todo era porque resistías, resistías por encima de todas las putadas que la vida te lanzaba, con un bate de béisbol, boom, a tomar por culo, dejaste marca en un pueblo tío, no había un ápice de maldad en tu sistema, no había envidia, no había celos, no había rencor, no habías sido intoxicado por el mundo exterior, ese que te miraba como un bicho raro, ese que no comprende una mierda sobre resistir porque la vida nunca les puso a prueba, tú sabías más que todos nosotros sobre de que iba la cosa, tú comprendías el secreto, había sido entregado a ti adherido al sufrimiento, y lo superaste, lo aguantaste con dignidad y una sonrisa, haciéndonos reír a los demás en vez de lamentándote, conocías el secreto, amigo.
Te echo tanto de menos que me haces querer creer, te echo tanto de menos que a veces imagino el mundo de hoy contigo aquí, disfrutando de cómo hemos crecido todos nosotros, compartiendo los momentos que nos han ido formando hasta ahora, siempre hay un brindis reservado para ti, amigo, y siempre habrá risas al recordarte, y siempre una dedicatoria en mis escritos, algo impregnado de tu esperanza y tu risa, todo eso no lo puede decir cualquiera, y es que amigo, contigo sí que rompieron el molde.
Siempre estarás aquí bailando con nosotros:
“Ponte en pie, alza el puño y ven…”

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