Un holocausto zombi y yo sin desayunar.

Un holocausto zombi y yo sin desayunar, nadie nos prepara para el apocalipsis, simplemente aparece en forma de devora cerebros y corazones.
No estábamos listos para luchar, y desde luego no estábamos listos para resistir, nos volvimos vagos y perezosos, extendíamos la mano esperando algo a cambio de nada, no reconocíamos el sabor a sangre de derrota en la boca, no apretábamos los dientes para levantarnos, solo gimoteábamos hasta que alguien nos levantara, ahora todo es diferente, ahora para sobrevivir no valen las palabras, solo los actos, y nunca, nunca son fáciles.
El mundo tal y como lo conocíamos se fue a la mierda, sí, es cierto, el mundo se iba a la mierda solo, era una caída inevitable debido al fallo dentro de la condición humana de destruir todo lo que se le regala, avaricia, estupidez, llamadlo como queráis, pero el mundo se fue a la mierda porque la gente de repente se iba convirtiendo en zombi, no sé sabe por qué, pero así es, y si te muerden, eres uno de ellos, siempre me pregunté si tenían conciencia de lo que eran, pero de ser así supongo que acabarían ellos mismos con su vida.
Desde un punto de vista histórico, esto es una putada, todas las cosas buenas en las que habíamos avanzado se han ido a la mierda, medicinas que curen enfermedades, no sé, series de excelente calidad, sí, quizá me joda más no saber cómo acaban mis series que lo de no poder hacerme un chequeo para saber si estoy enfermo, pero es que este mundo nuevo es algo aburrido, salvo matar algunos zombis de vez en cuando, son realmente lentos, no entiendo cómo están por todas partes, lo demás es buscar comida, comer, andar y dormir, y bueno, buscar algún sitio donde ducharme, bastante asco da el mundo como para darlo yo también.
Desde un punto de vista personal, no es tan putada, vale, mi familia ha desaparecido, no sé qué es de ellos, fui a buscarles pero ni una señal de vida por allí, ¿Mis amigos? Me duele también sí, pero quiero pensar que siguen vivos, que lo han logrado, mientras no los vea convertidos en desechos de carne humana, es más fácil pensando que viven bien, que esto sólo me ha pasado a mí, yo tenía un trabajo de mierda, lo detestaba, y odiaba madrugar, siempre quise ser escritor, quería escribir una novela, y mientras pues jugaba con la poesía, no triunfe mucho, el mundo estaba lleno de poetas, o de gente que se llamaba así mismo poeta, que no es lo mismo, de eso también me alegro, me empezó a parecer una moda, y odio las putas modas, demasiado postureo.
Y pensaréis, ¿Cómo un fracasado escritor que trabajaba en un trabajo que odiaba ha sobrevivido? Es fácil, jugándotela, si algo me enseñó la vida antes de esto, es que o te la juegas o  en la comodidad mueres, y bueno algo de ayuda he tenido, no divina, desde luego, es terrenal, parece de otro planeta a veces, o su mente al menos se va a otras galaxias, pero es de aquí, y la conocí porque me salvó porque me intenté colar en un Mercadona para pillar unas pringles, de las verdes, reconozco que ahí el zombi parecía yo, pero había algunos más atrás de mí, zombis que no comen gluten, no sé, pero ese sitio estaba lleno, y yo me quedé acorralado entre las cervezas sin alcohol, que muerte más triste, rodeado de tanta tristeza, estaba viendo mi inevitable final, siendo mordido por dientes podridos, nunca he soportado bien el dolor físico, me magullo fácil, soy de bajas plaquetas, de pequeño estuve hospitalizado por ello, acabaría siendo uno de ellos, ya no tengo que preocuparme por quedarme calvo, ese será el menor de los problemas, aunque dudo que dejen algo de mí, se lo comerán todo, solo espero que empiecen por arriba, que no empiecen por abajo, por favor que no empiecen por medio – abajo.
Todo eso pensaba justo antes de morir, estaba obsesionado con la muerte antes de todo este holocausto, tenía miedo a morir de verdad, los ojos se me humedecían al pensar que de un momento a otro todo se acababa y ya no había nada, ¿Qué sentido de mierda da eso a la vida? Ninguno, y eso me daba terror autentico, pero para nada el miedo que sentía ahora, joder, el mundo era mío, no tenía que dar explicaciones y podía dormir lo que me diera la gana y a los zombis no le gustaban las hojas de los libros por lo que me podía poner al día de todos los autores con los que llevaba retraso, tenía realmente miedo de morir, y desde luego, no quería que fuese así.
Entonces vi como los zombis iban cayendo uno a uno, solo los escuchaba caer al suelo entre todos esos gruñidos de ultratumba, y entre toda esa muerte que me rodeaba empecé a vislumbrar a una chica, de estatura media pero fuerte que como una desquiciada psicópata estaba pateando los huesudos culos de aquellos zombis, los derrumbó a todos, se quitó el pelo de la cara, era morado, con un jodido cuchillo gigante en la mano lleno de sangre y me dijo: “¿Quieres que te lleve a cucas también? ¿Una nana? ¿Quieres que te masajee las bolas mientras te comes un helado de chocolate también? Venga joder, levanta, tenemos que salir de aquí, ¡Ya!”
Hemos pasado el tiempo juntos desde entonces, buscamos comida juntos, hacemos guardias para dormir, nos salvamos el culo, hacemos trampas para zombis, nos reímos mucho viendo como caen, hablamos de lo que nos gustaba de antes, lo que echamos de menos, lo que no echamos de menos, es jodidamente preciosa, sonríe poco, pero cuando lo hace, joder, le digo que voy a dar un paseo para hacer mis cosas de baño y tal, pero que va, no ha pasado nada entre nosotros, pero eh, si no estuviéramos en un apocalipsis zombi no tendría ni una posibilidad con ella, alguna tengo, digo yo, no lo sé, dice que le gustan mis hoyuelos, solo sé que bendito apocalipsis, bendita mi obsesión por las pringles, de las verdes, y bendita sea mi suicida ambición, que me llevó a ella, nada más que decir, sea quien sea quien alguna vez lea esto, no pierdas la esperanza, eso quieren los zombis, eso han querido siempre los zombis, los de ahora y los de antes, siempre sé mejor que ellos, es la única manera de resistir.

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