Va por vosotras.

Me gustan casi todas
y me da igual si son rubias o morenas
y me da igual que sea de noche o de día
desafío cualquier obstáculo que me impida llegar a ellas.
Porque cuando nuestros labios se tocan
puedo sentirme renacer,
vuestras curvas
me gusta agarrarlas con fuerza y atraerlas contra mí,
mis ojos se iluminan al veros
bailamos al ritmo de una canción
escucháis mis risas
escucháis mis tristezas,
a muchas os he olvidado por el camino
pero es que muchas me habéis dado mucho dolor de cabeza.
Vuestros nombres con entonación divina
perdemos la cabeza por vosotras
hacéis que nos encontremos a nosotros mismos,
sois un placer que duele
y un dolor que calma,
vuestro aroma
vuestro cuerpo
es como una hermosa flor atrayéndonos a su dulce trampa
sois nuestra muerte y nuestra vida,
podéis ser suaves, delicadas, duras, salvajes, como la caricia de una nueva vida
como el roce de un diente de león sobre nuestra piel
como lágrimas corriendo por nuestra cara
como el viento entre los arboles
hacéis que el mundo reclame vuestra presencia.
Vuestro sabor es como los confines del espacio, insuperable, inhóspito, lleno de sensaciones, lleno de historias explosivas y resplandecientes como la muerte de una estrella.
Sois la cura del más agonizante dolor, la causa de nuestra más profunda herida.
Con vuestros cuerpos de hadas, con vuestra belleza mortal.
Amantes peligrosas, amantes adictivas.
Existís para que escribamos poesías sobre vosotras,
yo no sé hacer poesía
pero quiero rendirme ante vuestra divinidad
porque llegáis a lo más oculto de mi pensamiento
y allí derramáis vuestra fragancia,
al sentiros dentro de mi
me convertí en esclavo de vuestra belleza.
Por eso les dedico estas palabras a mis queridas…  Cervezas.
Porque la vida es una mierda, pero podría ser peor, podría no existir la cerveza.

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