Yo soy la voz.

Yo soy la voz de los caídos
de las partes del cuerpo olvidadas en una caricia
del amor olvidado en la barra de un bar
del niño al que solo le enseñaron a bajar la cabeza
de la niña a la que la sociedad no le dejó ser como era
del guerrero que murió sin matar
del que pasó por la vida sin destacar
del fracaso antes de fallar
de los esclavos sin nombre que construyeron las pirámides
del perdedor que ya no se deja amar
del que chupa de la teta de la inspiración y está seca
del que no tiene nada por lo que luchar
del “No eres nadie” clavado a cuchillo en tu frente
de la soledad que finge ser elegida
del buen acto que obtiene su castigo
del silencio que provoca el miedo
de la tristeza del cruce de miradas de dos personas que se odian y antes se amaban
yo
soy la voz de los caídos en batalla
los sin nombre
los olvidados que no tuvieron su recompensa en vida… Ni honor en la muerte…

Yo soy la voz de la muerte
el pasado arrastrándote a la nada
la melancolía taponando un nuevo y mejorado futuro
los ojos abiertos mientras la retina te recuerda porque estas solo
el recuerdo de un olor que ya no tienes entre los dedos
la última copa que hace que le escribas al móvil a tu ex
el beso que no sabe a quién echas de menos
el sexo que intenta en vano olvidar el amor
la pérdida irreparable del que dejó de respirar
la impotencia de no controlar lo divino para que vuelva
el terror de intuir que la vida se acaba aquí
la angustia en el estómago de no tener fe ni esperanza en algo más
la mirada vacía al cielo buscando respuestas que sabes que no existen
la foto que te atrapa dentro de ella
la heroína del que recuerda para obtener placer en el dolor
yo
soy la voz de la muerte
del pasado que no quiere ser enterrado
de la voz que te susurra que ya nada será como antes… que nunca más habrá un presente…

Pero yo soy la voz del presente
del que no escucha los consejos que le advierten
del que aprende de todas las voces del pasado, de la muerte, de los caídos
para que sus vidas no hayan sido arrojadas al vacío en vano,
del que marca las hojas del calendario en sus ojeras
del que no duerme hasta haber recuperado la sonrisa
del que no esconde sus derrotas pero si las victorias
del que lucha en silencio hasta besar la meta
del que no alardea para que los aplausos le masturben
del que deja todo para algún día tener algo por lo que morir
del que para aprender primero admite que es un ignorante
del que se desangra y tiene la valentía de pedir ayuda
del que ama y tiene la humildad de no esperar nada a cambio
del que no deja que nadie baile con sus zapatos, que vivan su vida
del que no se avergüenza de fallar
del que pelea hasta la última tecla
del que no deja que los zombies les muerdan y les contagien su cinismo
del que pone a cuatro patas al pasado para correrse en el presente y dejar preñado al futuro…

Yo
soy la voz del presente que lucha
y que no se te olvide
estamos aquí para que nuestras voces sean alguna vez el camino de alguien
igual que para nosotros fueron sus voces el camino…
Somos la voz que prolonga el eco de los que morimos para mantener viva la poesía.

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