Se me cierran los ojos, voy a dormir, pero entonces toda la oscuridad alrededor es el eco de mi mente y todos mis pensamientos se disparan y se repiten, y doy vueltas y vueltas y ya no puedo dormir, y quiero poder descansar, pero las voces rebotando en la nada no me dejan...
Vuestro aberrante narrador rendido al sentimiento de culpa de nuevo, me pongo de rodillas y me dejo golpear por todos los reproches afilados con los que me aflijo con fuerza, mis muñecas clavadas en la cruz que mi alma soporta, no puedo ni masturbarme para tener una tregua porque la resurrección es aún más dolorosa que esta muerte lenta, la vuelta a la vida es cruel y me abofetea aún con la mano llena de recuerdos pegajosos, de deprimentes sentimientos que maquillan mi cara con este lúgubre aspecto, y que se aparta de cualquier persona que me quiera conocer, porque voy a tener que mentirles y ocultarle cosas que no querrían ver, y me hace tener que fingir con quien ya me conoce para que no me mire de forma diferente, porque bastante tengo con mi juicio permanente, este que no me deja dormir, ni correrme a gusto, ni disfrutar de una buena serie, la noche casi concluye, y al menos no he tenido sed, vuestro aberrante narrador a estas horas teclearía con la cabeza clavada en el teclado porque el peso de todo el alcohol ingerido le habría hundido y se habría destrozado el cráneo contra las teclas o la pared, pero al enfant terrible lo mató ella, y como mínimo le debo eso, no destruirme. No destruirnos. Y pelear por nosotres hasta la última tecla.
La noche mengua y mis ojos se doblegan al sueño, pero mi mente a veces es como fichas de dominó, una vez tiras una pieza empiezan a caer las demás, si hoy algo me salió mal de repente voy hilando fichas hasta acabar como ahora. Escribo un libro sobre la lucha contra el cinismo, sobre ser constante pese a las dificultades, sobre todo lo que me ha hecho querer siempre luchar y no rendirme, sobre lo que amo la escritura y como nada ni nadie me puede quitar esa ilusión, y al primer mes ver que no está siendo recibido como esperaba hace que baje los brazos y que quiera dejarlo todo, bah, no celebréis aún, ese pensamiento pasa fugaz un segundo, pero ha pasado, y las dudas golpean todas mis inseguridades, incluso las que no tienen que ver con el libro, y así voy poco a poco reduciéndome y convirtiéndome en lo que más detesto, y los celos me involucionan, y el niño dañado me zancadillea, y mi torpeza es superlativa, y el boicot reina, y hago daño a quien me quiere y aguanta, y la gente se cansa de tener que decirme las cosas, y ya no soy el tipo encantador que te hacía reír, porque no tengo mucho más, ni un trabajo estable, ni una vida estable, ni planes estables, ni pelo estable, ni encías estables, pero al menos mi amor es estable, mi risa debe ser estable, mi apoyo es estable, mi compromiso es estable, mi amistad es estable, mis sueños son estables y mis pies no lo son pero les gusta bailar, y todo eso debe contar ¿No?
A veces las fichas de dominó te hacen volver donde empezaste, y honraré este libro que amo tanto y que deseo tanto que leáis para que veáis de que hablo, y seguiré escribiendo para seguir haciendo honor a nuestra rebeldía.
Las primeras luces de sol acarician la ventana y tengo que ir a trabajar en la obra, escribir está bien, es un proceso vertiginoso que puede convertir algo doloroso en bonito, pero trabajar con las manos, mancharlas con cemento, con yeso, con polvo, con heridas en las manos y dolores en la espalda, eso es otra cosa, la destrucción, el alboroto, la bomba de polvo que te envuelve hasta los pulmones, los restos de un pasado caduco que te agachas para recoger y tirar una y otra vez hasta dejarlo todo listo para con tus propias manos, ¡Con tus propias manos! Empezar algo nuevo, algo que puedes tocar y ver, algo tangible, real, y cuando empiezas todo es caos y confusión, y buscarle soluciones a problemas que no vienen en un libro, y te enfadas y te frustras, porque nunca sale como te esperas, porque nunca es lo sencillo que habías planeado, pero diseñas una solución con lo que tienes alrededor y sales adelante y vas creando poco a poco algo brillante y reluciente que ha salido casi de la nada, y que poco valorado está este trabajo, y como disfruto viendo cómo se crean las cosas, el proceso, creo que alguien puede entender mejor la escritura mamando esto, pero si puede ser que me compréis muchos libros para que no vuelva a tener que madrugar y partirme las manos y espalda y llenarme de polvo hasta las nalgas pues mejor, quizá así, si leéis mi historia, lo que significa, donde empezó, porque empezó, quien me animó a seguir, quizá así pueda tener una tregua y que veáis que al menos hice algo bien, luchar por quien amo. Luchar por lo que amo.
Vuestro aberrante narrador rendido al sentimiento de culpa de nuevo, me pongo de rodillas y me dejo golpear por todos los reproches afilados con los que me aflijo con fuerza, mis muñecas clavadas en la cruz que mi alma soporta, no puedo ni masturbarme para tener una tregua porque la resurrección es aún más dolorosa que esta muerte lenta, la vuelta a la vida es cruel y me abofetea aún con la mano llena de recuerdos pegajosos, de deprimentes sentimientos que maquillan mi cara con este lúgubre aspecto, y que se aparta de cualquier persona que me quiera conocer, porque voy a tener que mentirles y ocultarle cosas que no querrían ver, y me hace tener que fingir con quien ya me conoce para que no me mire de forma diferente, porque bastante tengo con mi juicio permanente, este que no me deja dormir, ni correrme a gusto, ni disfrutar de una buena serie, la noche casi concluye, y al menos no he tenido sed, vuestro aberrante narrador a estas horas teclearía con la cabeza clavada en el teclado porque el peso de todo el alcohol ingerido le habría hundido y se habría destrozado el cráneo contra las teclas o la pared, pero al enfant terrible lo mató ella, y como mínimo le debo eso, no destruirme. No destruirnos. Y pelear por nosotres hasta la última tecla.
La noche mengua y mis ojos se doblegan al sueño, pero mi mente a veces es como fichas de dominó, una vez tiras una pieza empiezan a caer las demás, si hoy algo me salió mal de repente voy hilando fichas hasta acabar como ahora. Escribo un libro sobre la lucha contra el cinismo, sobre ser constante pese a las dificultades, sobre todo lo que me ha hecho querer siempre luchar y no rendirme, sobre lo que amo la escritura y como nada ni nadie me puede quitar esa ilusión, y al primer mes ver que no está siendo recibido como esperaba hace que baje los brazos y que quiera dejarlo todo, bah, no celebréis aún, ese pensamiento pasa fugaz un segundo, pero ha pasado, y las dudas golpean todas mis inseguridades, incluso las que no tienen que ver con el libro, y así voy poco a poco reduciéndome y convirtiéndome en lo que más detesto, y los celos me involucionan, y el niño dañado me zancadillea, y mi torpeza es superlativa, y el boicot reina, y hago daño a quien me quiere y aguanta, y la gente se cansa de tener que decirme las cosas, y ya no soy el tipo encantador que te hacía reír, porque no tengo mucho más, ni un trabajo estable, ni una vida estable, ni planes estables, ni pelo estable, ni encías estables, pero al menos mi amor es estable, mi risa debe ser estable, mi apoyo es estable, mi compromiso es estable, mi amistad es estable, mis sueños son estables y mis pies no lo son pero les gusta bailar, y todo eso debe contar ¿No?
A veces las fichas de dominó te hacen volver donde empezaste, y honraré este libro que amo tanto y que deseo tanto que leáis para que veáis de que hablo, y seguiré escribiendo para seguir haciendo honor a nuestra rebeldía.
Las primeras luces de sol acarician la ventana y tengo que ir a trabajar en la obra, escribir está bien, es un proceso vertiginoso que puede convertir algo doloroso en bonito, pero trabajar con las manos, mancharlas con cemento, con yeso, con polvo, con heridas en las manos y dolores en la espalda, eso es otra cosa, la destrucción, el alboroto, la bomba de polvo que te envuelve hasta los pulmones, los restos de un pasado caduco que te agachas para recoger y tirar una y otra vez hasta dejarlo todo listo para con tus propias manos, ¡Con tus propias manos! Empezar algo nuevo, algo que puedes tocar y ver, algo tangible, real, y cuando empiezas todo es caos y confusión, y buscarle soluciones a problemas que no vienen en un libro, y te enfadas y te frustras, porque nunca sale como te esperas, porque nunca es lo sencillo que habías planeado, pero diseñas una solución con lo que tienes alrededor y sales adelante y vas creando poco a poco algo brillante y reluciente que ha salido casi de la nada, y que poco valorado está este trabajo, y como disfruto viendo cómo se crean las cosas, el proceso, creo que alguien puede entender mejor la escritura mamando esto, pero si puede ser que me compréis muchos libros para que no vuelva a tener que madrugar y partirme las manos y espalda y llenarme de polvo hasta las nalgas pues mejor, quizá así, si leéis mi historia, lo que significa, donde empezó, porque empezó, quien me animó a seguir, quizá así pueda tener una tregua y que veáis que al menos hice algo bien, luchar por quien amo. Luchar por lo que amo.
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