Yo soy Karius



Lo sé, el brillo de mi calva me delata, no soy él,
y mi cara no ha sido tallada como la de un dios nórdico, lo sé,
pero yo soy Karius todos los días,
puede que mis errores no tengan su fama
yo no tengo que pedir perdón a tanta gente
ni tengo a posteriori el cariño y anhelo de tantas mujeres queriendo como poco abrazarme,
pero yo soy Karius todos los días,
y mis nervios me hacen tomar decisiones precipitadas y equivocadas
y mis manos de mantequilla exponen todos los miedos e inseguridades que vienen a morderme,
y es que yo soy Karius cada día,
y no vivo en la comodidad del poderoso caballero blanco que se lleva los trofeos a casa por costumbre,
no conozco las facilidades ni he tenido la suerte o desgracia de conocer la soberbia de quien gana casi por decreto, porque así debe ser,
y es porque yo soy Karius todos los días,
y nunca me gustó quien apuesta por lo fácil, quien se va de la mano con la apuesta segura,
quien coge el boleto ganador y no entiende lo difícil y gratificante que es pertenecer al resto, a los que se la juegan,
porque yo me debería llamar Karius,
porque vivo en el lado inconsolable de quien abraza la soledad y se siente en casa sólo cuando nadie mira,
y ojalá tuviera unos gatos a los que observar
pero ya no los tengo y sólo me quedan hojas en blanco que no me devuelven la mirada,
llamadme Karius,
pero yo no voy a pedir perdón por mis errores
ya no más,
se acabó caminar con este lastre atado a mis pies
se acabó mirar atrás,
las librerías llenas de ausencia ante el anuncio mi presencia
mis libros solitarios en las cajas esperando que alguien los lea
no pienso pedir perdón por eso jamás,
se acabó,
la culpa impidiéndome volver a hacer reír de nuevo a alguien
los recuerdos paralizándome en la puerta y dejándome encerrado para que nadie me pueda reconocer,
todo eso se terminó,
quedarme tumbado esperando a que la suave melodía de sus nudillos en mi puerta anuncien un nuevo imperio,
un nuevo equipo que gane sólo con existir y que juntando nuestras debilidades nos haga más fuertes
y perdone nuestros defectos y jodiendas, y haga que nos riamos de todo, amen.
Eso tiene se tiene que acabar,
porque yo soy Karius cada día,
si, lo sé, nadie mira lo que hago
ni soy tan guapo ni tengo ese pelo dorado
ni las mujeres quieren acariciar mis cicatrices
pero me equivoco más y mejor y convierto eso en un arte
y eso me deja muy solo
y lo único que me queda, como a él
es apretar el culo y los dientes
mejorar y escribir sin parar
para al menos no odiarme,
y aceptar que nunca seré quien juega para llevarse la copa a casa y que nunca lo haré,
pero que podré hacer de mi vida algo de lo que algún día quiera reírme
para tener una excusa para volver a escribirte
y reírnos juntos.

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